Un año más y ya van cuatro que acudo a las Jornadas de rol del Gremi Desperta Ferro en Roquetes, en el Baix Ebre. Alguien podría pensar que es una costumbre, pero lo cierto es que voy a ver algo más que unas jornadas, voy a compartir momentos con mis amigos. Pep, Roman, Kevin, Judit, José, Dani Alcaide y tantos otros que hacen de las jornadas un lugar especial al que volver. Las jornadas del Gremi siguen celebrándose en Centro Cívico, un lugar muy grande, con pasillos amplios perfectos para situar las mesas de juego durante la noche del viernes, día en que se inician las jornadas. Nada más llegar nos fundimos en abrazos llenos de risas de complicidad. Y como era lógico, hablamos mucho y jugamos poco, pero no importa. No todo es jugar, también se trata de compartir los lazos creados alrededor de una mesa, de una afición como la nuestra que va más allá de ganar una partida en un tablero de juego. Se trata de la amistad y eso sí que es una gran victoria. Poder hacer amigos que después de todo un año esperas y esperan que se vuelva a coincidir para compartir todas las historias, todas las aventuras vividas durante ese tiempo. Ese es un gran objetivo de unas jornadas, conseguir que la gente regrese, pero especialmente que lo hagan como algo más que un jugador, que lo hagan como un viejo amigo al que no ves tanto como te gustaría.
Y así fue el viernes, entre muchos abrazos y charlas, hasta que nos sentamos los tres alrededor de una mesa para probar un juego. En nuestro caso el juego elegido fue el Desierto Prohibido, como podréis comprobar en las fotos. Decir que era nuestra primera partida en este juego cooperativo y salimos victoriosos, pese a que mi hija se empeñara en que fuera un juego competitivo, al final recuperamos todas las piezas. Unas horas compartidas entre unos amigos que compartían sus historias alrededor de una mesa mientras se cenaba. Nos retiramos poco después de la medianoche, con muchas ganas de más.
La mañana del sábado se presentó muy soleada y aprovechando que programé mi sesión por la tarde, nos quedamos en el hotel Corona y dimos buen uso de sus instalaciones. Mejor dicho, mi hija dió buen uso de la piscina y del gimnasio. Entre pitos y flautas, estuvimos en el hotel hasta casi las doce del mediodía.
Las tres jóvenes aventureras que combatieron a Nix |
Finalmente se sorteo un ejemplar de una aventura de Tesoros de la Marca que cayó en manos de Sofía, la joven que interpretaba a la sacerdotisa de Lux.
El resto de la tarde jugamos al Sagrada, el Speed Cubs y el Rey de los dados. Mientras escuchábamos como se recogían los premios del sorteo del sábado, en el que desgraciadamente no salió ninguno de los números que habíamos elegido.
Después de eso continuaron las charlas, las risas, compartir mesa con amigos, ver como mi hija jugaba a todo lo que se ponía por delante y finalmente la cena. En esta ocasión no se realizó la típica charla sobre el estado de la afición y su espacio lo ocupo un rol en vivo con asesinato al más puro estilo "Se ha escrito un crimen" pero en una cena medieval. Era la primera vez que realizaban algo de este tipo y sinceramente fue un éxito de asistencia. Más de 30 personas participaron de la actividad sobrepasando las expectativas de la organización, algo que les acarreó un pequeño contratiempo en la distribución de comida para todos los comensales, tanto los que participaban de la actividad como los que no lo hacían, pero que solventaron con agilidad. Otro detalle fue que con tanta gente, dicho asesinato se alargó un poco, ya que tenían que lidiar con 33 personas si no recuerdo mal y eso son muchas preguntas por responder cuando llego el momento de interrogar a los sospechosos. Pero les fue bien, porque las risas estuvieron presentes de forma constante y el público no se quejó en ningún momento.
Nos retiramos después de que la gente presente en la cena/juego resolvieran el asesinato. El domingo era nuestro último día y teníamos muchas ganas de llegar pronto para disfrutarlo.
Llegamos a las 10:30 y la peque se unió a otros dos niños para jugar con Pep Blasco en la partida de Magissa. La peque se lo pasó bastante bien, pese empezar con algunas dudas entre continuar jugando o participar del taller de pintura (de figuras), pero finalmente se quedó con los otros niños y obtuvo su premio en forma de juego de cartas (¡Mía un juego para mejorar el cálculo mental), que se sorteó entre los participantes de la sesión de juego. Mientras nuestra hija vivía sus aventuras, mi mujer y un servidor, compartimos mesa con otro matrimonio para jugar a los Castillos de Borgoña. A mi mujer le encantó, yo lo pasé bastante mal. No soy de juegos tan largos y de administrar recursos. Suerte que tuvimos a Judit, miembro de la asociación, que nos ayudo en el primer turno. Me consta que tanto mi mujer como la otra pareja disfruto mucho de las tres horas de partida. Por mi parte la terminé que no es poco y aquí se termina mi experiencia en ese juego.
Inmediatamente después de recoger, llego la hora de comer y aprovechar para participar en el siguiente sorteo de la asociación y ¡nos toco un juego! El Social Train de GDM. Un fin de semana y dos juegos que nos llevamos a casa, no esta mal.
Entre una cosa y la otra, se nos hicieron las cuatro de la tarde y decidimos que era un buen momento para regresar. Una hora de coche hasta casa y con el agotamiento acumulado por las emociones vividas era un buen motivo para despedirnos de todos hasta el próximo año e invitarles a que nos visiten en la Rolçotada 2020.
Y ese fue nuestro fin de semana. Mi recomendación es que visitéis las jornadas el próximo año y disfrutéis tanto como lo hemos hecho nosotros.
Hasta la próxima jornada del Gremi Desperta Ferro!