lunes, 23 de abril de 2018

LOS JUEGOS DE ROL CON ADOLESCENTES CONFLICTIVOS

Juego de rol y de dados
Hace días que tengo esta idea en la cabeza. Tampoco es una idea original, los juegos de rol ya se han usado en entornos educativos y seguramente también en Centros Residenciales de Acción Educativa (CRAE). La pregunta que suelo hacerme es: cómo lo haría yo, cómo afrontaría la actividad y la llevaría a cabo.

Usar los juegos de rol como herramienta educativa ha quedado más que demostrado que mejoran la motivación y ayudan al alumnado a ser más participativo, mejorando su rendimiento académico. Hay muchos profesores que han logrado trasladar su pasión por los juegos de rol al aula con bastante éxito. Pero trabajar con usuarios con graves problemas de conducta que en mucha ocasiones van de la mano de otras problemáticas es algo totalmente distinto.

Hay experiencias similares. En Estados Unidos, en varias cárceles se han creado grupos de jugadores de rol y han podido afrontar su privación de libertad con otra perspectiva. Algunos de los presos habían sido jugadores de rol antes de iniciar sus actos delictivos, otros nunca habían jugado, pero todos coinciden que les ayudo en su proceso, ya que las ofertas de ocio en una cárcel son limitadas y es muy fácil caer en viejos hábitos.

La mayoría de usuarios tienen en común el "Trastorno negativista desafiante", el cual se caracteriza por un patrón que se repite de forma reiterada. El usuario focaliza su actitud desobediente, hostil y desafiante hacia la figura de autoridad. Es un problema bastante grave y que suele compaginarse con la aparición de como mínimo cuatro comportamientos:
  • Accesos de cólera.
  • Discusiones con adultos.
  • Desobediencia.
  • Hostilidad.
  • Provocador.
  • Actuar sin límites, negándose a cumplir las normas.
  • No aceptar la responsabilidad de sus actos y culpar a otros.
  • Actitud vengativa y rencorosa.
  • Comportamientos abusivos hacia otras personas. 
Nos encontramos con jóvenes conflictivos, desafiantes, con claras dificultades para aceptar normas y más cuando proceden de un adulto. Sin mencionar su patente incapacidad para relacionarse correctamente con los demás. Suelen provocarse entre ellos, tienen actitudes abusivas y de mofa que terminan por causar estallidos de cólera y que son respondidos por otra actitud vengativa y rencorosa. Básicamente es un bucle de riñas, entre jóvenes que en estos casos terminan en peleas y agresiones de distinta consideración. 

No es precisamente el mejor panorama para dirigir una serie de aventuras de cualquier juego de rol, cuando en la mesa tienes a 4 o 5 jóvenes de los dos sexos con estos comportamientos.

Por otra parte, estos comportamientos suelen manifestarse en entornos familiares, pero aquí radica el problema. La mayoría de los usuarios llevan tiempo saltando de centro en centro y en estos puede que  se pasen semanas o incluso algunos meses internados, realizando rutinas, actividades y terapias para reconducir su comportamiento. Pero este se repite en el centro con la misma virulencia que en el ámbito familiar y es difícil de superar. 

Uno de los motivos que contemplo, siempre desde mi punto de vista, es que los usuarios, ya han establecido nuevos lazos en su nuevo entorno, se han encontrado con nuevas figuras de autoridad y tienen nuevos compañeros con los que volcar su frustración y negatividad. Es algo que dificulta cualquier actividad o terapia que puedas plantearte, más aún, cuando son ellos mismos los que no aceptan su problemática. Recordad que uno de los comportamientos más comunes es echar balones fuera. 

Y sin mencionar los problemas asociados al fracaso escolar. Por mi experiencia, la mayoría de usuarios con trastorno negativista desafiante, han tenido una escolarización difícil, tanto por su falta de compromiso como por los conflictos que generan su actitud. No debe sorprendernos pues, que les cueste participar en un juego con reglas que deben aprender y sistemas matemáticos que simulan la interacción de personajes con un mundo ficticio. 

 ¿Cómo afrontar la problemática de su trastorno mediante el juego?
No es una tarea fácil y principalmente hay que entender el origen del trastorno para saber como afrontarlo. La mayoría de explicaciones sobre el inicio del trastorno se centran en el "apego inseguro" del niño. Así como en los problemas familiares para crear unas normas, pautas y limites. 

El "apego inseguro" en sí mismo ya es un problema que se agrava todavía más con el trastorno negativista y debe afrontarse de forma individual. Y es en este punto donde creo que los juegos de rol pueden ser muy útiles y además permiten trabajar con un grupo de jóvenes con características y comportamientos similares.

La forma de afrontar estos trastornos de forma individual giran entorno a los siguientes puntos:
  1. Aumentar las habilidades sociales.
  2. Establecimiento de límites y normas. 
  3. Dotar de herramientas al joven para que pueda manejar la ira, la frustración y la ansiedad.
En otros entornos también se trabaja con la familia, ya que deben aprender a ofrecer refuerzos positivos. Pero como difícilmente trataremos con las familias, prefiero dejar el tema aparcado y centrarme en los usuarios con los que sí puedo trabajar.

Bien, estos tres puntos son muy comunes en los juegos de rol. En ellos los jugadores trabajan sus habilidades sociales, el director de juego establece las normas y límites que rigen la ambientación en la que se centran las aventuras de los jugadores. Y de forma espontánea, durante el juego, los jugadores adquieren el conocimiento necesario sobre sí mismos para controlar y manejar la ira, la frustración y la ansiedad. 


He visto como algunos compañeros han usado el "juego de roles" que no es lo mismo. En un "juego de roles", el educador suele repartir los personajes y las actitudes que los caracterizan. Es una actividad dirigida a una situación concreta y aunque genera respuestas espontáneas, la situación presentada no lo es en absoluto y esto afecta a los participantes. Algunos directamente no suelen participar en este tipo de actividades, recordad el negativismo desafiante, otros lo hacen en tono burlón y sin actuar seriosamente (volvemos al TND) y puede que algunos mientan directamente sobre sus emociones o sentimientos una vez finalizada la actividad.

Les pedimos que interpreten personajes ajenos a ellos o que se interpreten a ellos mismos cuando todavía no tienen un mínimo de control sobre sus emociones. Es habitual que se pueden generar situaciones de tensión, incluso de agresividad física entre ellos, cuando el juego de roles trata sobre temas como el acoso escolar, las conductas machistas y posesivas, la agresividad, etcétera. 
Personalmente nunca me ha parecido una buena idea usar este tipo de actividades y menos en la fase inicial de un joven en un centro. Sobretodo porque se sienten muy expuestos a los otros jóvenes más veteranos.

Y es ahora donde entran los "juegos de rol", que para aquellos que no los conozcan son juegos en que los jugadores interpretan y desempeñan un rol elegido por ellos y con una personalidad elegida por ellos, pero a diferencia del "juego de roles", este se realiza alrededor de una mesa y no hay una situación que deben resolver en una única escena. Los jugadores son libres de ir por el mundo de juego (sandbox) o realizar misiones y correr aventuras diseñadas por el director de juego-monitor (rail-roading o encarrilamiento). Durante las sesiones de juego, los participantes abordaran muchas situaciones que deberán afrontar y lo harán en un entorno más relajado, no olvidemos que es un juego y esto siempre ayuda. También les ofrecemos una red de seguridad en forma de "mundo mágico", dónde pueden cometer errores, aprender de ellos y combatir la frustración o ansiedad que pueda surgir durante el juego. Por si todo esto no fuera suficiente, los juegos de rol son cooperativos y es necesaria la participación activa de todos los miembros de un grupo para que alcancen el éxito, así que también aprenden ha trabajar en grupo y aceptar las opiniones de sus iguales.

Y más allá de los beneficios terapéuticos, nos encontramos con los educativos (extracto de la Web del estudiante)
El juego, en general, es fundamental en el proceso de enseñanza aprendizaje. Como sabemos, a la hora de aprender, la base de la calidad se basa en la utilidad práctica que se capta del conocimiento. El juego nos permite acceder al conocimiento de forma significativa, pues convierte en relevantes, informaciones que serían absurdas de otra manera.
La práctica ocasional de estos juegos en forma de taller guiado por un equipo pedagógico adecuado, en determinadas materias de la educación secundaria como Geografía e Historia, sería muy útil para memorizar, ya que por ejemplo, no es lo mismo estudiar el funcionamiento del gobierno del Imperio Romano que “practicar” y “ser” un senador discutiendo la política de invasión de las Galias o el gobierno de las provincias. Y también resulta mucho más ameno y fácil de recordar el nombre de aquella cadena montañosa cuando tienes que cruzarla para llegar a la capital. 
Adentrándonos en la Educación Secundaria, el uso continuo de cálculos por averiguar el resultado de las acciones (las tiradas de dado se modifican en muchas ocasiones según varíe la metodología de dichas acciones) puede ayudar a mejorar el empleo del cálculo mental. Asimismo, cuando se organizan los datos para resolver el entramado de la partida, buscando información, tomando notas, elaborando esquemas de actuación y llevándolos a la práctica, favorecen muchos de los procesos imprescindibles a la hora de aprender. 
Otra gran aportación de estos juegos para beneficiar el desarrollo educativo, es la grandísima promoción de la lectura como medio lúdico y recreativo, lo que a la larga favorece la creación de hábitos que nos ayudarán a superar muchas de las dificultades que surgen en los estudios como consecuencia de una deficiente lectura comprensiva, por falta de motivación. 
Otro aspecto que ayuda a desarrollar los juegos de rol es la gran riqueza expresiva. Con estos juegos se desarrolla una gran riqueza de vocabulario, otro de los grandes déficit que suele ser origen del fracaso escolar.
Es evidente que tienen muchos beneficios y ya han sido usados para el desarrollo y la mejora de la empatía. También de la tolerancia, ya que mediante el juego, los jóvenes se ponen en la piel de otras personas y poco a poco irán indagando en que sienten los demás y les obligará a pensar en como afrontar situaciones que anteriormente les causaban ansiedad y en las que se mostraban intransigentes. 

Otro beneficio es la mejora de sus habilidades para socializar con otras personas en términos igualitarios. 

Para los que llevamos tiempo jugando con ellos y que hemos visto su potencial, sabemos que son divertidos, entretenidos y sobretodo, tienen un alto componente motivacional. Ahora es el momento en que debemos descubrir como usarlos correctamente con los adolescentes conflictivos.

1º - Parte. Inicio
Desde mi punto de vista, es muy importante hacerles participes de la fase de elección del juego. Recomiendo que aquellos jóvenes que se presten voluntarios a participar del juego, describan sus aficiones y gustos. Una vez recogidas todas las aportaciones, podremos formarnos una idea de que juego de rol es el adecuado. Este punto es importante, ya que una mala elección del juego puede hundir la propuesta antes de que empiece.

2º - Parte. Conocer a los participantes y marcar los puntos de mejora.
Hablar con el equipo interdisciplinar sobre las actitudes, comportamientos y habilidades que deben mejorar cada participante. Es importante saber la opinión de sus terapeutas que deberían ayudarnos a conocer mejor las características de cada participante.

3º - Parte. Preparación.
Una vez hemos elegido el juego y sabemos que objetivos individuales tienen los participantes, es importante marcar un objetivo común que cohesione el grupo de juego. En este paso no es necesario que sea algo implícitamente terapéutico, más bien es la historia que vivirán los jóvenes. Estoy convencido que hacer uso de la estructura "El Viaje del héroe" puede resultar muy beneficioso, ya que durante dicho viaje, los jugadores evolucionaran y trabajaran sin darse cuenta sus miedos, sus flaquezas, los malos comportamientos, entre otras muchas cosas.

Una vez tengamos los conceptos básicos de la historia, podremos diseñar las aventuras que vivirán los jugadores o adaptar algunos módulos antiguos. En cada partida afrontaría una serie de fases para facilitar la recopilación de datos.

  1. Seleccionar la partida o crearla. Marcar uno o dos objetivos por cada participante. Estos objetivos se obtienen de la Parte 2. 
  2. Realizar la aventura. Esta es la parte de ocio en que debemos realizar nuestra labor como Director de Juego/Monitor. Deben divertirse por encima de todo, la actividad no debería ser percibida como una exploración psicológica. No buscamos forzar la situación. También es importante que como Directores de Juego frenemos cualquier mal comportamiento entre los jugadores, pero no con sus personajes. Si los personajes realizan actos incorrectos, debemos ser consecuentes con el juego y aplicar las reglas, así como las leyes que se aplican en el entorno de juego. No les evitemos los problemas y deberán confrontarlos. Si hacen actos por los que puedan ir a juicio, celebraremos un juicio. Si causan daños, sus personajes deberán pagarlos, etcétera.
  3. Reflexión. Una vez finalizada la partida, es importante que los participantes reflexionen sobre sus acciones. Que debatan entre ellos si han obrado bien o si creen que han vivido alguna situación injusta. También pueden expresar sus sentimientos y emociones, dudas o problemas que hayan detectado dentro de la dinámica del grupo. 
  4. Evaluación. Esta parte es exclusiva del educador y debe centrase en determinar si los jugadores han logrado alcanzar los objetivos marcados por el educador. Evidentemente, los jugadores no son conscientes de los objetivos que deben alcanzar, así que de lograrlos, se realizan sin ser coaccionados por una figura de autoridad. 

Estas fases se repetirán cada sesión de juego y permitirán hacer un seguimiento de cada participante, viendo como estos evolucionan en cada partida, hasta alcanzar el objetivo final, que no es otro que el conocimiento de uno mismo, tener control sobre los propios procesos internos y también entender a los demás. 

Y ya para terminar, decir que este escrito es algo personal, mí visión de como afrontaría una actividad de este tipo y que evidentemente esta sujeta a cambios. No debemos olvidar que los perfiles de adolescentes conflictivos son muy variados y tienen muchos aspectos que debemos tener en cuenta al realizar la actividad. Así que llegado el momento, es muy probable que debamos modificar todo el concepto y adaptarlo o incluso replantearlo completamente. 

Gracias por leer el artículo.


Fuentes: 


1 comentario:

  1. el problema es que pacientes con autismo o con trastorno negativista desafiante pueden llegar a utilizar esta vía como escape a su realidad... aun así buen artículo!

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