¿Qué motiva a un justiciero a luchar contra el crimen? ¿Qué motiva a los jugadores a seguir esa senda?
Cuando se juega a rol siempre existe la posibilidad que no sigan el camino de baldosas amarillas o las migas de pan. Entonces, ¿qué les motiva a seguirlas? Cuando preparo una partida de la justicia vigila, como lo estaba haciendo hasta hace un momento, siempre pienso en como motivar a los jugadores.
Algunas veces preparo la partida basándome en los personajes, pero si tengo la suerte de conocerlos en persona, entonces voy un paso más allá y busco sus motivaciones, conocer que les irrita, indigna y provocar una respuesta emocional. Eso me obliga a zambullirme en aguas truculentas, buscar información sobre cosas que me desagradan, pero no me queda otro remedio que nadar entre ellas, pues aunque no las comparto o me disgustan, siempre intento crear el entorno con substancia y credibilidad. En ocasiones lo consigo, otras no, pero debe ir en concordancia al sujeto y la historia. No puedo crear un personaje corrupto, vil, psicópata y que cuando lo encuentren los jugadores esté rodeado de cosas discordantes con lo que se supone que es, un monstruo. No digo que deba convertirse uno en un monstruo, pero si conocer su rostro para dar forma al personaje. Si esto fuera cine, yo sería un actor del "Método"... ¿hay diseñadores de módulos o juegos de rol de ese tipo? Lo desconozco, no soy un filósofo de este tema y tampoco tengo la arrogancia para afirmar algo así.
Ya estoy deseando plasmar en papel mi próxima sesión de juego, siempre es agradable compartir afición con nuevos jugadores y estoy especialmente motivado para dirigir mis próximas partidas con +Toni y el Rol y cia, así como +Sirio Sesenra y aquellos que deseen unirse a él. Por ello estoy quitándome horas de sueño para poder compaginar familia, estudios y afición. Espero que no salga ninguna locura digna de ser jugada en Cthulhu.
Dicho esto, cuando termine esta reflexión, continuaré escribiendo para la próxima partida de la Justicia Vigila. Tengo una idea, quiero recuperar una partida que escribí hace muchos años y en la que jugaron grandes amigos con los que pasé innumerables noches en mi pequeño negocio en Lérida (un abrazo +Xavier Turmo). Fueron unas sesiones en que los jugadores se ensuciaron las manos hasta tal punto que una vez hubieron terminado, pude ver el alivio en sus rostros y la satisfacción de haber hecho las cosas bien,
Es momento de terminar " La carne se sirve fresca"
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